Decir
que cualquier ejercicio físico practicado con constancia y proporcionalidad es
bueno para el ser humano, no es ni siquiera discutible en la actualidad. Si
además este ejercicio físico es la forma más simple de los que existen y el más
asequible de todos, nos encontramos con que la práctica del senderismo es
la mejor recomendación para los que con poco esfuerzo quieren aportar a sus
vidas los beneficios saludables que se consiguen caminando y ...recorriendo
caminos.
En mi juventud,
al compaginar el senderismo con otros deportes, nunca lo puse en valor ya que
el principal motivo de su práctica era (y sigue siéndolo) buscar, descubrir y
disfrutar nuevos lugares naturales en buena compañía. Ha sido cuando con los
años he ido abandonando la práctica de otros deportes, he notado su importancia
como origen y proveedor de unos beneficios tanto en el orden físico como en el
psíquico, social o incluso en el intelectual.
Con la
perspectiva de los años vividos y la experiencia acumulada me gustaría tratar
de lo que aporta el senderismo a nuestras vidas, con la intención de motivar,
aún más si cabe, a aquellos indecisos tanto por ser una práctica deportiva como
por el hecho de realizarse en la naturaleza.
Empecemos con aquello que cuesta más: el trabajo físico...y sus beneficios.
Aunque el
caminar sea el más simple de los deportes (no requiere gran aprendizaje) y el
más asequible de todos (con muy poco se puede uno iniciar), para aquellos que
de jóvenes no se han aficionado a la práctica deportiva o que de adulto se han
ido acomodando, iniciarse en una actividad que requiere un mínimo de esfuerzo
físico puede ser poco atractivo e incitador... Para estos me gustaría
comentarles lo que les reportaría en términos de salud la práctica habitual del
senderismo:
Mejora nuestra movilidad, abandonando el sedentarismo. El caminar de forma coordinada por terreno variado es un magnífico remedio para aliviar las tensiones musculares sobrevenidas de las malas posturas adquiridas del sedentarismo. Además cuando se hace de forma habitual y con esfuerzo moderado, ejercita y potencia principalmente la musculatura y articulaciones del tren inferior, aunque si se utilizan los bastones y el itinerario consta de desniveles, no es nada desdeñable el ejercicio de brazos, abdomen, cuello, espalda y hombros.
Mejora nuestra salud cardiovascular. Caminar durante un periodo prolongado activa y ejercita a nuestro corazón que como todo músculo se fortalece poniéndose en forma y previniendo las dolencias y enfermedades relacionadas con el sistema cardiovascular y respiratorio.
Mejora nuestra capacidad pulmonar. Durante la práctica del senderismo normalmente se aumenta nuestro ritmo de respiración propiciando un aporte de oxígeno de alta calidad (al realizarse en entornos naturales) a nuestros pulmones, mejorando ostensiblemente su capacidad y reduciendo la tensión arterial.
Reduce los niveles altos de colesterol y glucosa en la sangre. Caminar de forma habitual es el complemento perfecto, como ejercicio moderado principal, en un estilo de vida dinámico. Si lo realizamos durante 30 minutos a ritmo medio y unas tres veces por semana, y además lo complementamos con una ruta de 4 ó 5 horas el fin de semana, se garantiza mantener a raya los niveles de colesterol malo y glucosa en la sangre.
Aumenta nuestra densidad ósea. Existen estudios que confirman que caminando un mínimo de 4 horas a la semana se reduce en un 40% el riesgo de sufrir fracturas de cadera. Esto es importante para todas las personas pero lo es más especialmente para las mujeres de más de 40 años por su predisposición a padecer osteoporosis.
Mejora nuestra calidad de sueño. La práctica en general de ejercicio con regularidad conlleva un aumento de energía y una mejora de la calidad de nuestro sueño, vital para la recuperación biológica de nuestro cuerpo y mente.
Menor riesgo de muerte prematura. Hay estudios que demuestran que si estás activo más de 7 horas por semana, se disminuye en un 40 % la probabilidad de sufrirla.
Mejora nuestra calidad de sueño. La práctica en general de ejercicio con regularidad conlleva un aumento de energía y una mejora de la calidad de nuestro sueño, vital para la recuperación biológica de nuestro cuerpo y mente.
Menor riesgo de muerte prematura. Hay estudios que demuestran que si estás activo más de 7 horas por semana, se disminuye en un 40 % la probabilidad de sufrirla.
Es evidente que un pequeño esfuerzo en acostumbrarnos a caminar en la naturaleza nos garantiza muchos y valiosos beneficios para la salud de nuestro cuerpo...
¿Y a nivel mental y psíquico qué nos aporta el senderismo?
Quizás sea en este aspecto donde el senderismo consiga
sus logros más inmediatos y donde personalmente se noten más. Y es fácilmente
comprensible: el simple hecho de sumergirte durante unos instantes en la
naturaleza y disfrutar de su esplendor ya resulta bastante placentero y
evocador para nuestro interior...
Aumenta la autoestima y la seguridad en uno mismo. Según varios estudios científicos, entrar en contacto con la naturaleza mejora nuestra autoestima y nos proporciona una placentera sensación de bienestar. Esto se debe a que, practicar deporte al aire libre propicia la liberación de endorfinas, que nos proporciona el sentimiento de felicidad. Además tras realizar una ruta, y ver lo que se ha sido capaz de recorrer, sobreviene una sensación de satisfacción y sin darnos cuenta, nuestra propia valoración aumenta al conseguir metas que no se pensaban que se podrían alcanzar. Esta sensación de satisfacción nos incita a ser más vitales estimulando el espíritu de aventura y desterrando el temor a enfrentarnos a nuevos retos.
Libera tu mente de preocupaciones y potencia el pensamiento positivo. En la Universidad de Stanford han realizado estudios que prueban que los paseos por entornos naturales reducen el "pensamiento rumiante" , que es aquel que de forma obsesiva se focaliza en uno mismo y en las preocupaciones, y que conllevan al pesimismo y a la ansiedad. Disfrutando la naturaleza nuestro ser se "embriaga" por la calma y el asombro por su esplendor. El senderismo posibilita el abandono de los sentimientos de tristeza y melancolía, aparcando y rebajando la importancia de las preocupaciones, desactivando todo atisbo de depresión y consiguiendo generar pensamientos positivos. Además el contacto habitual con la naturaleza nos predispone a la reflexión, la meditación y la relajación.
Caminar mejora el humor y el estado de ánimo. Fíjate en las fotografías o en la gente que hace actividades en la naturaleza..., raro va ser que encuentres a alguien triste, es más, normalmente estarán sonriendo o alegres. Numerosos estudios han vinculado el caminar por la naturaleza con un mejor estado de ánimo y una reducción en los niveles de estrés.
Mejora nuestra capacidad de concentración. También se ha demostrado en varios estudios que la presencia en entornos naturales unida a una actividad como el senderismo estimula y aumenta nuestra capacidad de concentración. Esto es especialmente importante para aquellos que padecen los síntomas del llamado trastorno por déficit de atención (TDAH).
Mejora nuestra capacidad de concentración. También se ha demostrado en varios estudios que la presencia en entornos naturales unida a una actividad como el senderismo estimula y aumenta nuestra capacidad de concentración. Esto es especialmente importante para aquellos que padecen los síntomas del llamado trastorno por déficit de atención (TDAH).
Resumiendo:
mejor autoestima, más seguridad en sí mismo, liberarse de las preocupaciones,
alejar la depresión, ser más reflexivo, tener mejor estado de ánimo, aumentar
la atención y concentración..., en definitiva el senderismo te acerca a ser más
feliz... ¿Alguien o algo te da más por menos?...
¿Y cómo interactúa el senderismo con las capacidades intelectuales?
El contacto con la naturaleza en general y más
concretamente realizando una actividad física que te permite interactuar con
ella descubriendo lugares y hábitats nuevos, genera aunque sea de forma
imperceptible, una serie de beneficios para nuestras capacidades
intelectuales.
- Amplia los conocimientos sobre los entornos naturales y rurales por donde caminamos. El contacto con sus gentes, su estilo de vida y el conocimiento de primera mano de sus costumbres y tradiciones, y su patrimonio cultural e histórico-artístico.
- Aumenta la memoria. La práctica de ejercicio físico aeróbico, o sea realizado con suficiencia de oxígeno, potencia la memoria. Si además este ejercicio se realiza en contacto con la naturaleza, no solo se refuerza y potencia la capacidad de guardar información sino que también se reduce la pérdida de memoria. Tanto es así que existen estudios de psicología ambiental que comprobaron los efectos positivos en su capacidad memorística entre los alumnos universitarios que vivian y estudiaban en entornos naturales en contraposición de aquellos que no disfrutaban de esos entornos.
- Favorece a la creatividad y el razonamiento. Numerosos artistas, escritores, educadores, psicólogos y filósofos (Antonio Machado, Nietsche, Terry Hartig, H.D. Thoreau, George Orwell, etc...), han escrito como la estancia, los paseos o caminatas por la naturaleza favorecen a la imaginación, creatividad y el razonamiento.
Y en las relaciones personales...
En anteriores post ya me he referido a lo agradable y
satisfactorio que resulta la práctica del senderismo en compañía. Al vínculo
con la naturaleza se añade la realización de un esfuerzo físico compartido que
permite la comunicación fluida de sensaciones y conocimientos personales. Si
estas experiencias vitales se repiten habitualmente se afianzan con un vínculo
cercano a la amistad, la cual al establecerse entre personas que en muchos
casos no son del mismo ámbito e incluso status social, nos permite
enriquecernos personalmente con opiniones y pareceres distintos a los nuestros.
Pero en las rutas de senderismo también nos encontramos
a mucha gente que en estos entornos naturales y rurales son, normalmente, mucha
más abiertas a la relación humana que en las ciudades. Quizás porque al
compartir el mismo camino, el esfuerzo en realizarlo o la maravillosa
naturaleza donde se realiza... la inhibición casi desaparece, dejando paso
al saludo y la sonrisa y... a una predisposición a ayudarse si fuera necesario,
siendo muy reconfortante cuando la oportunidad aparece y uno aprecia el haber
sido útil a los demás.
No cabe duda que esto es un beneficio esencial en
esta sociedad actual que en su devenir tiende a la globalización de las ideas y
conocimientos pero que minimiza y es muy selectivo en las relaciones
personales.
Y consecuentemente... promueve Valores Humanos.
Si, como ven... para el final he dejado como conclusión inherente a
todo lo anteriormente expuesto que el senderismo promueve Valores
Humanos. Ya se que con esta expresión me meto en aspectos muy
intrínsecos y opinables de la moral e incluso de lo emocional, pero mi
experiencia me dice que entre lo escenarios mejores para que surja lo mejor
de las personas se encuentra la práctica del senderismo en la magnificencia
de la naturaleza... Y enumero como muestra estas acciones: el ofrecimiento a
ayudarse mutuamente, el ser receptivo y respetar la opinión y sentimientos de
los demás, el compartir vicisitudes y experiencias, el fomentar el trabajo en
equipo, el ampliar nuestras mentes a otros estilos de vida y aumentar la
valoración por el entorno rural, etc..., y como no, el sentimiento de amor y
respeto por la Naturaleza.
No quisiera terminar este artículo sin compartir una
frase que escuché hace tiempo, y que lamentablemente no conozco su autor, pero
que a aquellos que hayan sentido lo que es el senderismo seguro que les
emocionará porque le evocará sensaciones únicas...
"El senderismo crea conciencia en tus ojos, oídos y
el resto de tus sentidos".
Fuentes consultadas:
.www.consejosdevidasaludables.com
.www.cuerpomente.com/salud-natural/terapias-naturales
.www.nuevatribuna.es/articulo/salud/extraordinarios-beneficios-senderismo-salud-fisica-mental
.www.mevoyalmonte.com
.www.efesalud.com
.www.elconfidencial.com
.duemosli.blogs.uv.es
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